Un poco de creatividad no viene nada mal.



Las tendencias gráficas se modifican constantemente porque los consumidores también lo hacen, pero lo que nunca cambia como concepto primordial es el mensaje final: “demostrar a nuestros clientes que atendemos sus necesidades”.
Las cualidades que hasta el día de hoy se vienen utilizando (tales como “más grande”, “el mejor”, “más barato”) van desapareciendo y son reemplazadas por conceptos más personalizados como “mayor cuidado”, “más seguro”, “mejores beneficios”. Por eso, los anunciantes tendrán que ocuparse de definir qué atributo de su producto/servicio, es el que se destaca sobre su competencia y cuál es el más buscado por la mayoría de sus clientes.
Una vez delineado nuestros mejores atributos podremos tener mayor éxito en alcanzar el efecto deseado de cada inversión publicitaria. Simplemente es descubrir dónde coinciden las ventajas del producto/servicio con los intereses del consumidor. Sin olvidarnos de aplicar un práctico plan estratégico, analizando qué medios llegan a nuestros potenciales clientes, ni más ni menos, los receptores del anuncio. Nuestro concepto estratégico comunicará con más resultado y con mayor exactitud lo que el producto/servicio puede hacer para ayudar al consumidor a conseguir lo que desea. El interés y la atención prestada a los anuncios difieren mucho de una persona a otra, lo que confirma que el texto y el contenido del anuncio son de importancia vital. A veces, el bajo rendimiento del anuncio se debe a una mala presentación o muestra beneficios que no son de interés.

Los anuncios con bajo rendimiento en atención e interés contienen alguno de estos errores evidentes y más comunes:
1. Falta de una promesa clara: no mostrar al lector la forma en que va a beneficiarse.
2. Orientación de empresa: la campaña habla de lo que es la empresa en vez de lo que el consumidor podrá conseguir.
3. Audiencia objetivo: mala creatividad captando la atención de personas ajenas al objetivo, mientras que los auténticos potenciales clientes no captan el anuncio.
Ahora veamos cuatro formas fundamentales de interesar a los consumidores que más queremos, captando su atención mediante un aviso:
1. Buscar un nuevo enfoque para lo conocido: si el producto/servicio es poco novedoso hay que estudiarlo y analizarlo para encontrar una forma de presentarlo con algún rasgo distintivo. Hay que incorporar una pequeña ventaja de novedad y sorpresa para tener efecto. Esta técnica debe emplearse con mucho cuidado, es necesario ser prudente y tener equilibrio informativo.
2. Intentar involucrar los sentimientos del consumidor: los productos/ servicios sirven para satisfacer las necesidades humanas y a menudo las razones para adquirirlos salen de los propios sentimientos.
3. Emplear la mágica fuerza del humor: siempre se lo considera un fuerte y nato atractivo publicitario.
4. Incitar al lector a descubrir algo: el conocimiento se retiene con mayor fuerza si lo adquirimos con el propio esfuerzo personal y no como si se tratase de un simple manual de uso. Incitaremos al lector a descifrar por sí mismo el mensaje que deseamos comunicarle. Los avisos de más éxito sólo son un poco diferentes a los avisos que no son convincentes. La convicción no es un hecho aislado, es algo que surge después de captar la atención y despertar el interés.
La convicción debe ser el resultado que nunca puede fallar de todo anuncio gráfico, es lo que lleva a creer en cada producto/servicio. Existen determinadas formas de que las personas puedan aumentar su credibilidad, estas son las técnicas que se emplean para alcanzarla:
1. Concreción: el consumidor puede comprobar todos los datos que se le proporcionan en un anuncio por el buen resultado. La concreción genera confianza y respeto.
2. No prometer el máximo: el escepticismo sobre la publicidad se ha generalizado tanto, que resulta más eficaz quitarle grandes promesas e intentar decir lo mismo de una forma más clara y convincente.
3. Explicación: Explicar un producto/servicio usando sólo palabras adecuadas. Normalmente quien explique procesos productivos o de forma que otros anunciantes omiten aclarar, comunicará una honradez transparente que ayudará a mejorar la convicción.
Un mensaje gráfico de comunicación puede estar construido con una lectura rápida, puede ser claro y sintético y estar firmado, pero puede pasar prácticamente inadvertido. La necesidad de añadirle una dimensión distinta siempre termina siendo beneficioso. Esta dimensión puede ser la originalidad, donde un aviso adquiere un sello de belleza. Este papel vital dará vida al mensaje y lo diferenciará de los mensajes publicitarios con los que se topa por azar el consumidor a lo largo de su día. Además, siempre será un gran momento para innovar y comunicar de una mejor manera. No todos son conscientes de la importancia de la comunicación, pero las empresas exitosas sí. Por eso son exitosas.